lunes, 12 de diciembre de 2011

Las dos torres



Son altos edificios que se tambalean,
En los que mis pesadillas refugio encuentran.
Largos pasillos cargados de espejos,
Cristales amargos que no generan reflejo.
El metal tiritante que lleva hacia el fondo,
Provee esperanza, parece algo roto;
Que baja en jirones de viento en escombros.

Más ellos se erigen cual torres atadas
A una tablero invisible de piezas mundanas.
Gigantes rompen los vientos del este;
Imponentes conceptos que perturban la mente.
La huída es sencilla hasta que se imprime
En los pies la gran huella a cuadros. Decidme,

¿La espada se forja sobre metal oxidado?
¿El guerrero entre sombras es olvidado?
¿Sombras de torres, de monstruosos reinados?
Y así un suspiro del caballero que pierde,
Pues torres son torres que nada sienten;
Que proyectan oscuridad sobre el corazón herido
Sin palabras dejan al rebelde abatido. 

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